De no haber sido porque lo publicó el New York Times y lo reprodujo El Nuevo Día, no habría creído lo que leía. Ricardo Rosselló Nevares, a quien el país sacó casi a patadas de la Fortaleza porque no se quería ir a las buenas, ahora aparecía negando el valor que en efecto tuvieron la opinión pública y las manifestaciones masivas, particularmente de gente joven, con respecto a su decisión de abandonar el cargo en agosto de 2019. Pues no, ha dicho él, su decisión obedeció a un hoyo en la carretera. ¿¡Cóóómo, que quééé!?
Bueno, no son mis palabras, sino las suyas. Según el New York Times, sus palabras fueron que “él y su familia estaban en el auto cuando chocaron contra un hueco en la calle. Su hija de cinco años se horrorizó y pensó que les habían disparado” (NYT, 1/13/2021). Fue cuando decidió renunciar. O sea, que ya pueden Calle 13, Bad Bunny, Ricky Martin y los cientos de miles de puertorriqueños que se vaciaron ese verano en las calles irse bajando de esa nube y dejar de suponer que fueron ellos los responsables de librarnos de una persona que se entretenía en los chats de las redes sociales burlándose de todos por igual, en vez de gobernar bien, que era para lo que le pagábamos.
Aparte de destrozar nuestros carros, por fin los hoyos han servido para algo bueno. No hubiera querido deberle nada a un hoyo, para poder seguir exigiéndole al Gobierno que los tape, pero si nos van a ayudar a deshacernos de políticos malos ¡¡¡que vivan los hoyos!!!
Si no había comentado nada antes sobre este asunto es porque estaba averiguando en qué calle o carretera estaba el hoyo que forzó la renuncia de aquel gobernador, ya que debe ser localizado y preservado para la historia. Creo que debe ser declarado si no patrimonio histórico de la humanidad, al menos patrimonio histórico de la nación puertorriqueña. Y si a alguien se le hubiera ocurrido taparlo, pues que lo destapen y restauren a sus dimensiones originales. Además, debe ser identificado apropiadamente con una tarja de bronce (o de otro material, para que no se la roben). Entonces, todos los años tendríamos un lugar adonde acudir en peregrinación todos los puertorriqueños/as en verano a conmemorar la destitución de Ricardo Rosselló Nevares.
Pero no he podido localizar el famoso hoyo. ¿O es que es otra de sus mentiras?