domingo, 20 de septiembre de 2020

Las disputas por esas túnicas negras

Por: Hiram Sánchez Martínez

 

El Nuevo Día, 20 de septiembre de 2020, p. 55

Versión electrónica el 19 de septiembre de 2020 en:

https://www.elnuevodia.com/opinion/punto-de-vista/las-disputas-por-esas-tunicas-negras/



La muerte ha vuelto a rondar la Corte Suprema de Estados Unidos, esta vez para reclamar a Ruth Bader Ginsburg, una erudita y liberal que desde antes de llegar al estrado venía luchando decididamente a favor de los derechos de la mujer en una sociedad inherentemente desigual y muchas veces machista. Su muerte ha desatado el debate político de siempre porque, al fin y al cabo, los nombramientos de los jueces del Tribunal Supremo son nombramientos basados en fundamentos ideológicos y políticos de quienes los hacen. Y que no se asombre nadie con esta afirmación porque así ha sido toda la vida y así continuará siendo. Mientras la Constitución diga lo que dice y los políticos no varíen su entendimiento sobre la función judicial del más alto tribunal, se seguirán haciendo las cosas del mismo modo.

Ya comienza a perfilarse el debate en cuanto a si el presidente Donald Trump debería abstenerse de hacer el nombramiento de reemplazo de la juez Ginsburg en los restantes meses que quedan de su mandato por tratarse de un año electoral. En el 2016, la mayoría republicana del Senado rehusó considerar por esta razón al nominado del presidente Barack Obama. Ahora, sin embargo, esa mayoría parece haber cambiado de opinión y se propone confirmar en las próximas semanas a un nominado de Trump con tal de no dejarle a los demócratas la posibilidad de nombrar a uno de los suyos.

En Estados Unidos no tienen ningún problema de estatus que dilucidar. Sus grandes controversias, las que más pasiones desatan en la sociedad norteamericana, están relacionadas con cuestiones como aborto, equidad, raza, privacidad y otros derechos civiles cuya defensa y reconocimiento continúan evolucionando y están presentes en el día a día del debate público. Y los partidos políticos saben que la Constitución y las leyes no dicen lo que dicen, sino lo que el Tribunal Supremo dice que dicen. Por eso es que los partidos políticos se disputan esas túnicas negras.

En más del noventa por ciento de los casos que llegan a nuestros tribunales de primera instancia no vienen a cuento esos factores ideológicos a los que me he referido antes, sino que las controversias están relacionadas mayormente con asuntos de obligaciones y contratos, daños y perjuicios, familia, herencias y los de naturaleza procesal o derecho probatorio, entre otros, los cuales rara vez llegan al Supremo de Estados Unidos. Pero cuando, por ejemplo, llega un caso de cuya resolución dependa quién será el próximo presidente de Estados Unidos —recuérdese el resultado del colegio electoral en Florida en 2000 entre George W. Bush y Al Gore— es muy probable que prevalezca aquel litigante identificado con la administración del partido que hizo los nombramientos de la mayoría de los jueces del Tribunal.

En materia de nombramientos judiciales, los partidos políticos son adeptos a la doctrina del “banquete total”, por la cual una mayoría simple en el Tribunal Supremo no les satisface, sino que aspiran a una mayoría absoluta de jueces de su mismo parecer, de su misma visión de mundo. En este momento del trumpismo, se buscarán jueces que sean sus aliados en el conservadurismo y la regresión a las interpretaciones judiciales de los derechos según existían en tiempos pasados. Por nada del mundo Trump renunciará, pues, a su propio banquete.

Esa doctrina la hemos visto aplicada en nuestra propia casa, en el Tribunal Supremo de Puerto Rico, que lamentablemente se puso en ejecución a iniciativa del propio Tribunal cuando estaba constituido por siete miembros. Entonces los cuatro jueces de mayoría nombrados por el PNP, pidieron —estando ese partido en el poder— que se aumentara su plantilla a nueve, con lo cual la mayoría simple de cuatro pasó a ser una mayoría absoluta de seis a tres. Ahora, esta aumentará siete a dos en los últimos días del mes de diciembre próximo ante la jubilación forzosa de una de las juezas nombradas por el PPD. Y si no me creen, apúntenlo donde no se borre. 

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