De solo mirar la foto parecería que la joven mujer, muy seria ella, sentada de frente junto al escaño del legislador surcoreano Lee Yong-ju es su secretaria o una de sus ayudantes, o simplemente una pasante. Sin embargo, si nos fijamos bien, no podría ser ninguna de las tres cosas, pues no tiene en sus manos ni en su regazo alguna libreta, bolígrafo o cartapacio. De hecho, sus manos parecen flotar sobre sus rodillas, pero una observación meticulosa nos da la impresión de que está tratando de separarlas para que quien está tomando la foto —que es como decir «el alter ego nuestro»— pueda captar lo que se ve al fondo de los muslos. En el fondo es una frívola imitación de lo que quiso hacer Sharon Stone con aquel famoso cruce-descruce-y-cruce de piernas en la famosa escena del filme Basic Instinct («Instinto básico»). Ni entonces ni ahora nada de lo que nos imaginamos se nos ha mostrado.
Ese aspecto juvenil que tiene la mujer nos hace recordar a la Chilindrina, el personaje del Chavo del Ocho, con una pollina sobre la frente y las gafas que casi le cubren la cara, pero sin los rabitos a cada lado ni el pelo achiotado y largo sobre sus hombros. La mujer tiene una mirada penetrante, como de enfado; viste un traje pastel de tres cuartos de manga con ruedo a mitad de muslo y unos zapatos puntiagudos stilettos. En esto no se parece a la Chilindrina.
De hecho, de solo mirar la foto sabemos que debe ser alguien más, alguien que no está muy contenta de estar donde está («¿Qué hago aquí?»). Sin embargo, cuando leemos la información que acompaña la foto caemos en cuenta de que ella no es «alguien», sino «algo»: una muñeca sexual de tamaño real. La foto nos muestra el momento en que, en 2019, el legislador Lee Yong-ju presentó para inspección parlamentaria en la Asamblea Legislativa de Corea del Sur una de las muñecas que la aduana del país confiscaba citando una cláusula de una ley que prohibía la importación de bienes que perjudicaran «las bellas tradiciones y la moral pública del país». No sé el efecto que produjo entonces la muñeca de la foto en los demás legisladores, pero la cuestión es que el parlamento surcoreano acaba de derogar (diciembre de 2022) esa prohibición.
Como no sé de leyes, llamé a un amigo que tiene un primo que es legislador para saber, solo por curiosidad, si en Puerto Rico está prohibida la importación de esas muñecas. Poco tiempo después me llamó para decirme que, según le dijo el primo, no estaban prohibidas, que él mismo estaba casado con una y que por eso hoy día hasta salen por televisión; que me fije bien en sus zapatos stilettos, sus trajes cortos y sus boquitas pintadas. Ah, y que una ya tiene hasta su propio programa, nunca repite la misma ropa y siempre critica cómo visten los demás.
Nada, que hay que estar pendiente, y que por eso tendré que revisarle hasta los zapatos a mi mujer.
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