Si Benedicto XVI no ha mandado a alterar el calendario —como una vez hizo Gregorio XIII con respecto al juliano—, mi hermano Güis cumple años hoy. Y todavía debe ser menor que yo, aunque sea por uno. José Luis, que es su nombre de pila, es mi coprotagonista en Cuesta de los judíos número 8, el mismo que me acompañó a casa de doña Luz y Cúper aquella ocasión cuando, de niños, nos dieron permiso para ir a ver, por primera vez, la televisión que acababa de llegar al barrio. Era un televisor en blanco y negro, inicialmente el único en el vecindario, y había que aguardar un rato a que los tubos se calentaran para que pudiera aparecer una imagen de poquísima resolución, pero de muchísima inspiración para nuestros juegos diurnos de indios y vaqueros. ¡Qué bueno que ya ni Güis ni yo tenemos que ver películas de vaqueros! Pero disfrutamos siendo hermanos, como entonces.
Hiram:
ResponderEliminarDejando a un lado el asunto familiar, que habla muy bien de ti, prefiero - ya me conoces - referirme a algo que habla mal de la Iglesia:su manipulación, que llega hasta el calendario, para, presumo, «cuadrar» las fechas de los cuentecitos bíblicos con el catecismo y el resto de la teología.
Si, ya sé que no tengo redención...