jueves, 3 de marzo de 2011

Que Gutiérrez siga hablando


Hace unas semanas, Pedro Pierluissi, Comisionado de Puerto Rico en Washington, respingó ante las palabras del congresista puertorriqueño nacido en Chicago, Luis Gutiérrez, denunciando la deteriorada situación de los derechos civiles en Puerto Rico, desde el podio principal de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Pierluissi dijo entonces que solo él —Pierluissi— podía hablar a nombre de Puerto Rico, que Gutiérrez había ofendido a los puertorriqueños, que esperaba que fuera la última vez que Gutiérrez hiciera una cosa como ésa y que no deseaba encontrárselo en los pasillos del Congreso.
—¿Lo va a agredir? —le preguntó un periodista a Pierluissi.
Para bajar el tono de su amenaza de cafetín, trató de aguar un poco sus expresiones que, de todos modos, iban dirigidas a restarle legitimidad a la denuncia de Gutiérrez y a disuadirle de ulteriores denuncias.
Para contrariedad de Pierluissi, Gutiérrez volvió anteayer a la carga, ilustrando su discurso con fotografías de escenas que muestran claramente el abuso de fuerza física de la Policía contra manifestantes desarmados, y denunciando con un inglés «hispano» el intento de Pierluissi de acallar su voz de alarma y alerta. Para añadir sal a la herida de Pierluissi, Gutiérrez anunció hoy que vendrá próximamente a Puerto Rico a continuar su campaña a favor de que se respete el derecho del pueblo a la libre expresión. Todo parece indicar que vuelve a cumplirse aquello de que «al que no le gusta el caldo, le dan tres tazas». Sólo espero que las tres que le toquen sean abundantes en ají y pimienta negra.

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