domingo, 13 de febrero de 2011

Mi alcancía de chavitos prietos

Nunca pensé en la utilidad que podría tener mi alcancía de chavitos prietos. Es que llevo algunos años guardando las monedas de un centavo en una lata de galletas export sodas, tanto las monedas que recibo en el cambio diario como las que encuentro tiradas en el suelo porque a nadie le interesan. Pero hace un rato encontré un uso formidable. Escuché en la radio que el gobernador Fortuño había exigido del Colegio de Abogados que le devolviera $78 que éste había utilizado para comprarle un seguro de vida. Y yo, pensando en lo infeliz que deben sentirse él y su mujer Luz Eufemia por tan importante déficit, estoy aquí, cuenta que te cuenta, para que él reciba lo merecido: 7,800 chavitos prietos. Y, por cierto, tengo más, por si a la licenciada Luz Eufemia Vela se le ocurre reclamar lo mismo.

1 comentario:

  1. Hiram:

    El país está en deuda contigo, por haber revelado el misterio de Lucé. Me refiero al de ese nombre extraño que ahora sabemos contrahecho.

    Creo que le va bien. Por cierto, ¿no había en nuestra niñez una yegua muy ganadora en el hipódromo llamada Ufemia? De pronto me ha venido ello a la mente...

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