jueves, 9 de febrero de 2017

Que le hagan una endoscopía

Desde que Donald Trump resultó electo, algunos psicólogos y psiquiatras de todo el mundo se han dedicado a diagnosticar sus perturbaciones narcisistas. De seguro, la naturaleza de sus alucina­ciones han representado un gran reto para hacer un dictamen pericial preciso y habrá quien estime que el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (dsm-5) es insuficiente para comprender cabalmente el comportamiento errático del magnate venido a presidente de Estados Unidos.
Admito que no soy psicólogo ni he leído el manual dsm-5. Pero, por una de esas casualidades de la vida, acabo de leer una noticia y ver un video provenientes de Chennai (anteriormente Madrás), India, que contiene una posible explicación para la conducta errática del presidente Trump. Una mujer de 42 años que llegó a su hogar luego de un día agotador de trabajo, se recostó a descansar, cuando, de repente, sintió como si algún insecto le hubiese entrado por su nariz y comenzó a sentir una extraña sensación de hormigueo. Acudió al hospital y tras una endoscopía nasal, el otorrino descubrió que, situada en la base del cráneo, cerca del cerebro y entre los ojos, la mujer tenía ¡una cucaracha viva!
Luego del «¡Agh!» inicial, no tuve otra que recapacitar: ¡Por fin veía resuelto el enigma del presidente Trump que trae locos a psicólogos y psiquiatras!
Llevo dos horas llamando, sin éxito, al cuadro de la Casa Blanca para sugerirle a alguno de los ayudantes del Presidente que lo lleven al Hospital Walter Reed para que le hagan una endos­copía nasal. A lo mejor, en su caso, encuentran más de una.

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